Nuestros ojos se encontraron a través del cristal y él esbozó algo parecido a una sonrisa. Bajé la mirada, aquellos ojos escrutadores empezaban a hacerme sentir una extraña sensación. Pensé que seguiría su camino, pero no, continuaba allí, pegado a mí. Y ahora sí que era consciente del calor, de la energía que me transmitía su cuerpo: pequeñas ondas eléctricas que me provocaban una especie de suaves pinchazos excitantes. Me volví, queriendo enfrentarme a sus ojos, pero los míos no me obedecieron y se quedaron hechizados por una boca sensual que despertaba mi Enlace
 
Giró sobre sí mismo y echó a andar. Le seguí, como si una cuerda invisible me atase a él. Caminamos durante un tiempo, él delante, y yo, convertida en su sombra. LLegamos a una antigua edificación y penetramos en un portal oscuro con una ancha escalera en el centro. Ascendimos dos pisos y allí, metió la mano en el bolsillo de su chaqueta y extrajo una llave que introdujo en la cerradura de la puerta que teníamos delante. Yo, esperaba en silencio. Abrió y se apartó a un lado para dejarme pasar. 
"Esto es de locos" me decía al oído mi parte Diseño web profesional.
 
"Cállate, y no digas tonterías. Quiero estar aqui" le contestaba yo. "¿No tienes miedo?" volvía ella, intentando asustarme.
"No, y no me preguntes el motivo, no tengo miedo. Él no me hará ningún daño", no estaba dispuesta a dejarme convencer.
"Vale, luego no me vengas con quejas, ni compadeciéndote. Estás como una cabra". Erre que erre, no había forma de hacerla callar. "Será una satisfacción para tí, el ya te lo dije, es tu frase preferida. ¡Diseño web profesional!".
 
Estaba tan abstraida con mi diálogo interior, que pensé que había hablado en voz alta. Sin darme cuenta, había entrado en una gran habitación, un poco desordenada pero acogedora. Miré a mi alrededor buscándole, pero había desaparecido...... (continúa mañana)